Ahí estaba, sosteniendo su bastón mientras su cara se tensaba por segundos, los últimos pasajeros abordaban el tren y él, impaciente pero sabiendo el desenlace final, aguardaba a su señora entretenida en un pequeño kiosko de la estación de Sao Bento de Porto, de nada sirvió su mirada, más temerosa que otra cosa…el tren partió y ambos quedaron huérfanos en un vacío andén
La cara de circunstancia del buen señor ya vale la imagen… me gusta, esa estación debe de ser una mina fotográfica. Solo la contrastaría algo mas si es posible.
Saludos!
Gracias por comentar, compañeros. Me alegra que os guste la imagen. Sí, es cierto, Sao Bento es un filón para la fotografía social, siembre que voy a Oporto paso al menos una hora en la estación, pero podría pasar el día entero, la verdad. En cuanto al tema del contraste…yo en mi monitor calibrado y en el móvil la veo bien, cierto es que en el portátil sí que me pide algo más de contraste, pero ni lo tengo calibrado ni nada…esta noche la revisaré en casa con calma.
No le arriendo las ganancias a la señora, me imagino que una pequeña bronca se llevó la señora. La mirada del señor y el ambiente con la gente subiendo al tren son espectaculares.
Bah, amigo, a nuestra edad cuantos “trenes” habremos perdido en la vida…por perder uno de verdad tampoco va a pasar nada, yo ahora mismo encaro la vista con optimismo y calma, que pierdo un tren…me voy a tomar una caña
Cuando me jubile, ya me tomaré la vida con tanta filosofía xD
Aunque no sé yo, me va a costar cambiar el ritmo… pero sí, cuando uno tiene ya más tiempo y no anda tan estresado es sabio tomarse las cosas con calma (el optimismo dado el mundo que nos están haciendo vivir últimamente ya no creo que me llegue, y que conste que yo fui una persona optimista y que confiaba en los demás).
Pues hay que cambiar el ritmo, la vida nos va en ello. En cuanto al optimismo, yo soy positivo por naturaleza y, sobre todo, entre otras cosas, porque ya no me tomo en serio la política.