Esta aldea con origen medieval disponía de esa torre para vigilar los accesos a la aldea que llegaban desde el valle y desde los altos por donde pasa una calzada romana.
Esa calzada se convirtió en via de comercio y de peregrinación a Santiago y cómo no la Iglesia se hizo con el control, el obispado de Oviedo hacía y deshacía en la aldea que tenía independencia en muchos aspectos políticos con respecto al reino y la Iglesia cobraba sus comisiones.
La torre servía además para albergar a la población en caso de ataque, con fines defensivos.
La puerta al nivel del suelo se añadió posteriormente, a la torre se accedía con una escalera a una buena altura, donde se ve la “ventana” que se retiraba si se era atacado.
Pues sí, feo queda después de talar, no cabe duda, pero la tala no se la han hecho al paisaje, se la han hecho a un terreno de su propiedad, aunque nos resulte feo.
A ver si sólo las eléctricas van a poder esquilmar los terrenos (que además son públicos) para que los señoritos de ciudad estemos cómodos y calentitos y ellos hacer su negocio redondo.
Pero sí, resulta feo ese fondo, qué le vamos a hacer. Bueno a uno que se dedique a la madera igual le gusta y valora cosas que nosotros no vemos.
Todavía parece que queda pasar a recoger los restos para biomasa, debía de ser bastante reciente.
Volverá a crecer y el caminito de acceso a ser cubierto por árboles y matojos (cosa que no ocurrirá con con los molinos implantados).
Si metemos más por la izda metemos más casitas que no vienen al caso y distraerían de la torre y alguna tendremos que cortar. Desde esa posición la torre parece vigilar con altivez la tranquilidad de la aldea cercana en frente suyo a la derecha.
Sí, pero Asturias es así, llueve pero no suelen ser chaparrones muy duraderos, este día llovía algo y paraba y entre rato y rato algo podías sacar.
Y como salga el sol entre las nubes te cambia el paisaje un montón con una explosión de luz y color, y a los 10 minutos igual lo tienes todo entre bruma.
No era un día apacible, pero tampoco excesivamente malo, aunque lo suficiente para fastidiarnos el poder hacer la excursión hasta el pueblo caminando y tener que dejar el coche a la entrada del pueblo.
Gracias a ello sólo estábamos nosotros y otra pareja y la gente del pueblo (casi toda mayor, de 80 para arriba, algunos más de sesenta y unos pocos cuarentones que estaban de visita a su familiar por ser fin de semana). Germán nos enseñó y comentó su iglesia que me sorprendió lo bien que estaba y las tallas que tenía para una aldea tan pequeña.
Pero esta aldea tuvo bastante importancia en la edad media por el camino romano cercano que era via comercial.
Saludetes.