Sucedió en febrero; lluvia que arrastraba polvo sahariano. Y cuando fue nieve en lugar de agua, la montaña se cubrió de un elegante manto rosado… que parecía el desierto. Luego volvió a nevar y todo se quedó blanco de nuevo; más tarde llegó el deshielo… y esto es lo amaneció:
Me encanta la penúltima por su profundidad. Más allá del tema del color de la nieve, que también resulta interesante, me transmiten una sensación de libertad y al mismo tiempo de sentirme pequeño frente a la naturaleza. Bonita serie.
Como comenta @Gilete, casi que me interesan mas los paisajes ( me quedo con las dos últimas) que la anécdota del polvo sahariano. Que paisajes tan espléndidos.
SAludos.
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