Hace poco estuve hablando con un cuidador de viveros de árboles y arbustos ornamentales. Un hombre apasionado de su trabajo.
Le oí hablar de la vida que corre por el interior de sus troncos como se puede ver en microscopio la savia moverse entre sus hojas. Del estrés que sufren y de la tristeza que sienten cuando no son bien tratados. Lo decía tan convencido que recordé una imagen de un paseo por un bosque de ribera de hace un tiempo.
Gracias por la historia que apoya la instantánea, es interesante.
La fotografía está equilibrada con una posibilidad de mejora en el tercio superior, sé que como conoces bien la edición podrás hacerlo si lo consideras oportuno.
Gracias por tu oportuna observación. No acababa de gustarme ajustar mas esa zona si queria mantener un cierto equilibrio entre las diversas luminosidades. Ademas tenia los canales rojo y verde quemados, con lo que no podía recuperarlos y si forzaba el resultado habría sido “halo de mosca” en esas zonas quemadas. Al final decidí y aquí el resultado.
Tiene alma. Esa diferencia de temperatura entre fondo y primer plano acentúa la distancia, allí la luz, aquí el dolor que mencionas en tu título.
El formato cuadrado le va genial.
no te olvides de mostrarle algún día la foto al cuidador de viveros de árboles y arbustos ornamentales. Seguramente que ahora, con un ejemplo en tus manos, revivirías la conversación de una forma grata e inesperada. Yo lo haría.
El árbol, pobrecillo, me hace recordar como yo, 5 de 7, amanezco.