Las aguas de la montaña, bajaban frías ese día, las jornadas anteriores, aunque estábamos aún en primavera, no había sido casualmente calurosa, así que sus aguas frías de la montaña fuero recorriendo entre mis tobillos, refrescándose los pies metidos en ellas.
Las sedas, justo en su punto. Buena nitidez y, en conjunto, una toma muya agradable de ver. Quizás cortaría un poco por la izquierda y suavizaría otro poco el procesado.
Bonita; y que ganas ahora poder meter los pies ahí… En cuanto al encuadre, imagino otro desplazándote un poco a la derecha para evitar (si era posible) el tronco o piedra de la esquina inferior izquierda dejando así toda la parte inferior exclusivamente con agua.
Buen procesado y hermosa foto.
Saludos.
Detecto un no sé qué cruel en el preámbulo, cierta morosidad enfermiza en la descripción de las sensaciones.
Menos mal que luego la foto te sube la moral. La luz me gusta mucho.
Saludos.