Hola Pere
Ni me molesto en pensar que escribir .
Me parece una foto soberbia, la idea, la ejecución, me has dejado con la boca abierta Pere, enhorabuena
te pongo el comentario del maestro Joaquín padilla jajajaj Pienso lo mismo
saludos
Solo por el trabajo que lleva montar los elementos de la imagen ya vale un aplauso, origami incluido ( santa paciencia ) pero además la foto es buena, curiosa y al mismo tiempo divertida
Gracias Antonio, me alegra que te guste y de paso que me hayas recordado que tengo que echar un vistazo a los últimos trabajos Joaquín. Pero es que, entre unas cosas y otras, me faltan horas.
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Gracias Juan Luis y José, me alegra que os guste.
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Miquel, Ernesto, Luks y José Carlos, me alegra que os guste y gracias por comentar.
Decir que lo de hacer la foto, la parte cámara en trípode, fue casi lo de menos, porque, excepto el dummy, que lo tengo desde mis tiempos mozos (de cuando leía a Elliot Aronson), todo lo que aparece en la foto lo fabriqué yo mismo para la ocasión: tomando como escala de referencia el dummy, diseñé, fabriqué y pinte el banco; lo mismo hice con el bastón (4 piezas); y otro tanto con la bolsa de las migas de pan, porque no hay bolsitas de ese tipo y tamaño; las “palomas”, también a escala (más o menos), fueron entretenidas de hacer por su pequeño tamaño. Pero es que incluso fabriqué mis propios softbox de 70x50 cm, que luego he utilizado para otros desvaríos. Total, que me lo pasé muy bien con los preparativos.
Por último, aunque yo tenía muy muy claro lo que quería transmitir, es curiosa la diversidad de percepciones de esta foto según el observador: desde quienes me han dicho que transmite delicadeza, sensibilidad y ternura, pasando por los que la consideran un bodegón (no lo es, para nada), hasta quienes, como Miquel, la encuentran un punto divertida. Todo cabe, sin duda, (bueno, por lo de bodegón no paso), pero la verdad es que yo sólo pretendía transmitir, con un mínimo de elementos y sin recurrir a una escena de la vida real, una idea que me pone los pelos de punta: por nada del mundo me gustaría acabar como ese anciano, solo en un parque, tomando el sol y dando de comer a las palomas. Aunque lo mismo, llegado el día, lo envidio y me cambiaría por él, porque ¿¡quién sabe!?
¿Veis porque digo que es un desvarío?