Pizarras

Odio las “firmas” en la pared. No me dicen nada, no gritan, no protestan, son solo expresiones de un sentimiento ególatra y/o narcisista.
Amo el grito,el llanto y la protesta en la pared blanca, pura, inmaculada que ha sido puesta allí para todos los sin voz.

A ver que tal.

Al final la esperanza nace y renace donde uno menos se lo espera… Yo lo tomo como una gran lección de vida, humilde y sin prisa muestra su fuerza y alegría.

Saludos.

Nota: Me encanta el diálogo grafitero de la segunda. (Traducción de uno de los textos: “ull x ous” → ojo x huevos.

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La tercera es una muestra de que la vida se abre camino incluso en las peores circunstancias y, dada la evolución que llevamos como habitantes de este planeta, somos los seres humanos la peor circuntancia de todo.
Bonita trilogía, aunque yo detesto profundamente las pintadas en las paredes de casa ajena.
Un saludo.

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Y lo respeto.
Ciertamente es un inconveniente para la propiedad, pero poco comparado con los que no tiene medios, ni altavoces para ser escuchados. Hablo de mensajes socialmente reivindicativos, no de “firmas” y cochambres que no aportan nada para nadie, solo ensuciar las paredes.
Yo lo veo como las huelgas, es un inconveniente para muchas, pero a veces no queda otra.

Saludos y gracias por pasarte y comentar.

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