Perfilado de cámara, ¿para qué sirve?

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Las cámaras no son espectrómetros, los valores contenidos en el RAW no son una fiel representación del color ni existe siquiera el concepto de color real, o el color captado por la cámara.

Una cámara capta el color a través de unos filtros que miden la intensidad de luz que llega al sensor a través de ellos (de forma similar al ojo).

Por tanto la información de base de la cámara no tiene color, sólo intensidades de luz o número de fotones captado una vez filtrada la luz por el filtro Rojo, Verde o azul (matriz de Bayer).

Para convertir esos valores en un color (pasar al espacio de color XYZ que es el que está relacionado con cómo vemos los colores) las cámaras tienen unas matrices que realizan una transformación lineal de las componentes RGB a XYZ.


Representación de los colores visible para el observador humano medio recogidos en el espacio CIE XYZ 1931 (De Usuario PAR creative commons)

Pero debido a los filtros la relación no es realmente lineal, cada cámara según el filtro que emplee puede tener unas ciertas tendencias o dominantes.

Y ahí es donde entra el perfilado de la cámara.
Para conseguir una reproducción lo más fiel posible del color y conservar todo el colorido de nuestra cámara, hemos de perfilar la cámara.

Esto es más necesario en disciplinas como fotografía de producto o foto de estudio (retratos o bodegones), pero también nos podemos beneficiar de ello en otras condiciones, puesto que obtendremos una imagen de partida con más tonos de color y sin ciertas tendencias o dominantes.

Un perfil de cámara consiste en una transformación matemática entre los valores RGB captados por la cámara (una vez realizada la transformación Bayer o demosaicing) y el espacio de color XYZ que está intrínsecamente relacionado con cómo nuestros ojos (los conos de nuestra retina) captan la luz de las diferentes longitudes de onda.

Pero la complejidad estriba en que la respuesta del sensor (mejor dicho la de los filtros que lleva) depende de la iluminación, des espectro lumínico, qué color tiene esa luz y de forma más precisa cómo se reparte su espectro lumínico (ya que ninguna luz es una luz monocromática, está compuesta por infinitas ondas de diferentes longitudes y con diferentes intensidades relativas, que es lo que compone su espectro de emisión).

Por tanto no nos servirá con un único perfil, necesitaremos perfiles para luces que puedan ser led, otras que puedan ser más cálidas de bombilla o igual de cálidas pero de bombilla led y no incandescente.

Con la luz del día pasa igual, el perfil será diferente si es luz de mediodía o de atardecer o si nuestro sujeto está al sol o a la sombra.

Para poder generar dichos perfiles necesitaremos una foto tomada una carta de color, preferentemente IT8 o si queremos algo más portátil color checker (más información sobre las cartas de color).


Carta de color IT8 (De Hugo Rodriguez - Own work, CC BY-SA 3.0, h)

Color checker Gretag-Macbeth
Carta de color color checker de Gretag-Macberth (De Richard F. Lyon)

Esa calibración ha de hacerse para cada condición de iluminación tomando una foto en cada sesión de estudio (o cada vez que cambiamos la iluminación añadiendo o quitando luces) con la carta en la posición del sujeto, y utilizando luego el programa de calibración para generar el perfil ICC correspondiente.

En el caso de Lightroom y ACR de Adobe, no utilizan perfiles ICC si no un archivo DNG generado a partir de la foto con parches de color (en realidad es una corrección menos precisa que el perfilado ICC puesto que si no me equivoco no emplea una transformación LUT completa si no una transformación meramente lineal).
Para generar dicho fichero podemos utilizar el programa de calibración que viene con nuestra carta, alguno de los programas opensource o el programa de Adobe.

Pero las cartas de color no son especialmente baratas, y además no duran para siempre, tienen caducidad, sus pigmentos van degenerando y hay que cambiarlas de vez en cuando.

Además como se indica hay que perfilar la cámara para cada condición lumínica, y no siempre lo podemos hacer ni estamos interesados en una reproducción fiel del color.

Una alternativa puede ser usar alguno de los perfiles disponibles en internet generados para ese modelo de cámara y en diferentes condiciones de iluminación (luz de día, sujeto a la sombra, etc).

También es posible realizar una calibración más básica de nuestra cámara para paliar las dominantes que sus filtros puedan tener.
En Lightroom y ACR podemos alterar las matrices de transformación lineal que emplea nuestra cámara, modficiando el tinte y la saturación de cada componente que en definitiva generará unos valores diferentes para cada componente de la matriz (nosotros actuamos de forma más intuitiva actuando sobre la componente de color de cada uno de los colores base y su saturación).
Con ello se pueden paliar o corregir las dominantes que pueda tener nuestra cámara.
Pero también es la forma en que se generan los diferentes estilos de color (retrato, paisaje, etc) que podemos aplicar los usuarios de Canon o Nikon en la cámara para generar el jpeg, o en sus reveladores, y que también ha incorporado Adobe en sus reveladores para emular los estilos del fabricante.
Otros reveladores (como capture one) tienen herramientas similares para modificar la interpretación de color de la cámara.
Para más información sobre la calibración de cámara (que no es un perfilado) se puede consultar el artículos sobre Corrección de la dominante verdosa en las cámaras Nikon.

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Hace una semana estuve viendo este tema y casi entro a comprarme alguna carta de color para hacer el perfilado, pero al final he acabado con una solución más simple (comprar un perfilado específico para mi cámara con dos situaciones de iluminación) y tratar de usar la carta de grises que llevo en la mochila, lo cual no es fácil sobre todo en entornos cambiantes como los que te encuantras en fotografía de naturaleza que es mi tema principal.

Como bien apuntas en tu artículo, es un jaleo que para el uso que le doy a mis fotos no me merece la pena. En términos prácticos acabamos ajustando los colores hasta dejarlo a nuestro gusto.

Supongo que para fotografía de producto o estudio puede ser más necesario… La verdad es que intento resistirme a tener todavía más cacharros en casa que luego tienen un uso muy esporádiico.

Bueno, la reproducción de color con un buen perfilado nos permite aprovechar al máximo las características de nuestra cámara y los colores que es capaz de generar (que conste que yo no la hago ni soy un experto del color como sí hubo un compañero Navegante, que ya no anda por aquí).

Para hacerlo bien y conseguir lo máximo hay que hacerlo con cada cámara y en la situación lumínica concreta.
Incluso hay quien apunta que el color checker es muy básico, con pocos patches y no da un resultado preciso.

Algunos utilizan complejos métodos de generación de LUT en 3D para el mapeo de colores lo más exacto posible. Y de ahí se geneara un perfil.

A falta de esas cartas y el trabajo necesario para hacernos nuestro propio perfil, sí que puede mejorar notablemente nuestro resultado en cuanto a color si utilizamos un perfil “enlatado” para nuestra cámara generado con cuidado, medido en varias cámaras y para diferentes condiciones de luz.
Nos pueden proporcionar dicho perfil para luz durna, sombra, etc y mejorar los colores y reproducción del color.

Aunque no tengamos necesidad de una reproducción muy fiel del color, una gestión adecuado y corregir ciertas dominantes o tendencias de nuestra cámara nos puede proporcionar un punto de partida mejor para luego hacer nuestra interpretación más artística.

La carta gris no sirve para mejorar la reproducción del color, no es ése el objetivo.
La carta gris es para realizar el balance de color, cuyo objetivo es elimintar la dominante provocada por el color de nuestra luz que el cerebro tiende a neutralizar (un objeto que sabemos blanco lo vemos blanco aunque incida una luz amarilla y el espectrómetro nos diga que es claramente amarillenta).