Venía de Carrión, y me dirigí hacia el puerto de San Glorió, y como costumbre, hice la parada en el mirador del corzo, tenis ganas de realizar esta foto, las veces que pase, el cielo estaba plano, así que aproveche ese cielo con nubes y esas luces que me encararon. Sacando el verdor de las piedras de la montaña.
A mí ese corte del corzo me gusta, siendo “siendo traumático” como es, pero precisamente por eso me parece que introduce mejor a las líneas: uno va enseguida a la cabeza del corzo y siguiendo su mirada a la montaña. Me parece una fotografía chulísima.