El sábado conducía mientras escuchaba La Polinesia Meridional de La Casa Azul, banda de la que mi mujer (bueno, y yo) somos muy fans. Mi canción favorita de ese disco se titula “Qué Se Siente Al Ser Tan Joven” y una de las estrofas de la canción dice algo así como “dime qué se siente cuando no se ve el final”…bueno, pues al llegar a destino, Santiago, y salir a hacer mi ruta habitual de los sábados cámara en mano me acerqué a un rincón que siempre visito a la espera de realizar una fotografía que tengo en la cabeza, como siempre no encontré la escena que deseaba, pero sí a un chico que descansaba justo donde quiero hacer la fotografía. A lo largo de la mañana me pasé en distintas ocasiones por este rincón, encontrándome al chico en la misma posición y lugar siempre…viniéndome a la cabeza la canción que comentaba, sólo con tan insultante juventud se pueden pasar horas despreocupado, sin hacer nada, tan solo holgazanear o disfrutar del paso del tiempo, porque éste es infinito a esa edad, porque “no se ve el final”, como reza la canción…
En fin, le hice una foto al chico, que ni se inmutó al verme pasar cada poco tiempo un un rincón que nadie suele frecuentar…ahí va el resultado.
Yo, ya de mayor, todavía preciso de ese tipo de momentos que los italianos han dado en llamar el “dolce far niente”.
Pues el muchacho te regaló una fotografía estupenda.
Con la única duda de si cortar o no justo por debajo del tejado de la derecha.
Bien editada.
Saludos.
Muchas gracias por comentar, compañeros. Lo del corte que se propone, ya sabéis, si lo recordáis, que soy mucho de respetar los formatos tradicionales y en este caso ese 3:2 me gusta, también podía haber sido un 4:3…pero me gusta más el primero.
Yo te propongo un 5:4, aunque tal y como la presentas funciona bien… a destacar la gran simetría en la composición y la actitud del prota… el ByN, muy bueno.