En las zonas esteparias el agua es un bien muy escaso. Ciertos aljibes de altas paredes son un oasis para la fauna, pero también una trampa, a veces rápida, a veces lenta.
Si el año ha sido lluvioso o estamos a principios de la primavera, el nivel de agua puede estar al del borde de la construcción. Hasta aquí todo bien, pero conforme avanza el calor el agua va descendiendo, bien por la propia evaporación o bien porque sirve de bebida al ganado, fin principal por el que se han construido estos aljibes.
En este caso las altas paredes realizadas para captar un mayor volumen de agua hacen que los sapos no puedan ascender y se queden todo su ciclo vital confinados cual afectados por Covid19.
Muy bien cuando son renacuajos con respiración branquial, pero en edad adulta, con respiración pulmonar, no tienen ningún apoyo sobre el que descansar, y mueren ahogados debido al propio cansancio como se puede observar en ejemplares muertos flotando. Paradójicamente el agua les ha dado la vida y también la muerte.