Esta tarde de enero, nos acercamos de nuevo a este lugar, ya que la mar estaba enfurecida, olas de más de tres metros, así que estábamos con un ojo en la cámara y otro en las olas que rompían contra los acantilados con mucha bruma creada por las olas al golpear contra las rocas.
La composición me encanta, y celebro que estéis vosotros y equipos sanos y salvos.
Lo que no me cuadra es la luz. Entiendo que la luz viene de la izda, sin embargo la izquierda del faro está en sombra y la derecha iluminado. Es resto, de fábula.