La llamada

Donde me pille me pille …

La foto esta hecha en Casablanca, aquí empece a utilizar el móvil, era lo que llevaba en la mano y aunque también llevaba la cámara me imponía bastante, el que haya viajado a Marruecos sabe que no les gusta nada nada ser fotografiados ,así que pensé más vale una con móvil que nada y de hecho lo utilicé bastanten durante todo el viaje por la discrección que me brindaba.

Ya me decis lo que os parece

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A ver Cristina, explícame: ¿cuando llega la hora de la oración todo el mundo deja lo que está haciendo y se organizan en medio de la calle para rezar? Y las esterillas ¿las llevan consigo todo el día? Me he quedado “absurdo”.

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Pues a ver, yo es que me quedé con la boca abierta, me impresionó bastante nunca lo había visto en la calle, por lo menos tanta gente.

Teníamos el coche aparcado y cuando fuimos a recogerlo nos habían aparcado en doble fila y no podíamos salir. De repente empezó a salir gente de todas partes y se ponían en cualquier lugar. lLa mayoría llevaban alfombra y el que no, llevaba un trozo de cartón.
Vi salir a algunos de los comercios de alrededor, pero el resto no se de donde salió.
Lo de que dejan lo que están haciendo a la hora del rezo doy fe, da igual si estas comprando una entrada o te han aparcado en doble fila, te tienes que esperar a que terminen. También te digo que no todo el mundo lo hace, pero si la mayoría.
Hasta ahí te puedo decir

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Es curioso. Muy buen momento.

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La imagen es tremenda, con móvil o con lo que sea, me parece una escena digna de retratar. Me perturba, no soy muy amigo de las religiones, en especial de algunas, ver semejante sometimiento a un supuesto “ser superior” me da miedo, francamente. A saber (bueno, lo tenemos visto) lo que serían capaces de hacer por una mala interpretación de su fe.

Saludos,

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Buen momento bien aprovechado.
La religión es lo que tiene que condiciona la vida cotidiana de los creyentes. Y según la interprete tal o cual líder religioso actuarán sus seguidores.
Aquí también tenemos nuestras religiones, como el fútbol con millones de fervientes seguidores, incondicionales y fanáticos que no dudan en ir donde sea que juegue su equipo o seguirlo por la tele. Y lo curioso es que se acepta socialmente que seguidores o hinchas vayan por calles cercanas a la catedral de su equipo o del contrario el día del partido y se den palizas, o destrocen coches o escaparates de tiendas o lo que encuentren a su paso.
El ser humano tiende a creer en “algo” que le haga sentirse bien con su conciencia, o en un más allá trascendente, o en llenar su vacío existencial (quien lo tenga) con cosas que le hagan sentirse bien y las empresas multinacionales mediante el márketing atribuyen lo que uno necesita a lo que venden.

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El momento es fantástico, muy bien tomado y aprovechado. Todo un documento.
Un saludo.

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