Al atardecer, con luz rasante que marca las venas de las alas.
Linneo bautizó la planta como Centaurea salmantica, quizá por su abundancia en Salamanca o porque se la enviaron desde allí… aunque en el primer tercio del siglo XIX se desgajó de ese género y se incluyó en uno nuevo, pero, ¿cómo bautizarlo?. El Vizconde de Cassini barajó el nombre y reordenando las sílabas creó Man-ti-sal-ca, las mismas que Sal-man-ti-ca.
Preciosa la Pieris, con esa luz. La composición es también muy agradable, y el posadero, otro ser vivo a fotografiar, interesante por sí mismo. El desenfoque en la flor, es más que leve, plenamente asumible en fotografía de este tipo. Me parece una fotografía excelente.